Barrilete
... de los mejores días. Hay días en que simplemente la alegría se apodera de uno y te lleva a ser feliz. Un amigo me advirtió que había ocupado el lugar donde suelo quedarme a pasar los días y noches en Salta, a orillas del dique Campo Alegre. Pasé por un mercado y me fui a su encuentro. En un santiamén, como diría mi abuela, hicimos el campamento. El sobretecho de una carpa que tengo sirvió de toldo entre las dos camionetas. Desplegamos todos los accesorios mientras en carbón se prendía y los ingredientes del asado aparecían en la mesa. Yo hago la ensalada y vos te encargas de la carne. Morcilla, queso y pan hicieron la picadita. El asado derivó en largas conversaciones y de pronto de algún hueco en su camioneta mi amigo hizo aparecer un barrilete. Un diseño simple hecho en tela de avión multicolor, varillas de carbono y una larga cola, el hilo era de nylon enrollado en una manopla de plástico diseñada a fin.