Cueva de las manos
Santa Cruz - Argentina Todos somos migrantes Son largos días de caminata por la estepa. Junta plantas, yerbas y minerales que después muele y usa para dar color a su obra. En el camino, el clan define quien quedará marcado junto a sus ancestros. El río de agua fresca los conduce al cañadón donde encuentran reparo. El pintor toma la mano del joven y la sostiene con firmeza sobre lo alto en la roca, el hueco de un hueso contiene la preparación de color que sopla una y otra vez sobre la mano. Suelta al elegido y lentamente despega su mano de la piedra hasta descubrir la huella junto a las demás. Sucedió miles de años en el pasado en la Cueva de las manos en el Cañón del Río Pinturas. Es en el noreste de la provincia de Santa Cruz donde estas rocas conservan el registro, de los que quizá fueron los habitantes más antiguos de América del sur. Se accede desde la ruta 40 por la Ruta provincial 101 por un camino de ripio de 47km. Por 8500 años ininterrumpidos, a su paso estamparon las manos en las paredes y los techos de las cuevas que habitaban temporalmente. Hay 829 pinturas relevadas, en las cuales las manos de niños y adultos nos dicen que estuvieron allí. Este espacio elegido por los pintores donde el pigmento quizá variaba según fuera la época del año, de donde venían o lo que traían con sigo para este acto planeado por días enteros de caminata. Una mano con seis dedos, la garra de un choique. La figura de guanacos, matuastos (lagartos) y cazadores con boleadoras. La escena de una emboscada. Un parto y las lunas. Un bailarín, unas manos extendidas con una ofrenda. Triángulos, círculos, líneas de puntos y mandalas heredados a las tribus que les precedieron. Desde algún lugar a otro estos migrantes, tan extranjeros como yo que pasamos frente a estas figuras. Mi abuelo, el menor de once hermanos, decía que su padre, un marinero napolitano, por largas temporadas se hacía a al mar. Migraba a través del mediterráneo como hoy lo hacen miles a través del río Bravo, el río de la Plata o el río Bermejo. Aquel que dijo que el primer hombre que habito estas tierras vino del norte no sabía de estas pinturas que dejaron de pintarse al menos 200 años antes que los españoles lleguen al continente. Hoy las exploraciones mineras en la zona ponen en riesgo la estabilidad y permanencia de estas obras.