En la plaza una feria de artesanos. Los tejidos y colores llamaban la atención en una siesta apacible y tranquila.
El Ñandutí y Aó Po’i (en guaraní "tela fina o prenda delicada") son tejidos artesanales del Paraguay, me explicó pacientemente María, dueña de uno de los puestos que administra la municipalidad. Ella, tiene sesenta años y un hijo en la universidad, como todos los paraguayos son bilingües. El Guaraní es una lengua nacional.
En el hablar cotidiano al español intercalan palabras y frases de esta lengua nativa en cada respuesta a mis preguntas. Así es que inicié un vocabulario guaraní en mí agenda.
Pensé que había aprendido lo correspondiente al día cuando arranque con Victoria y me disponía a seguir viaje. A los cien metros ví, casi cruzando la plaza una V W. Tengo que hacerles una foto a esos artesanos y su combi, me dije.
Vívi y Luis estaban parchando (exponiendo sus trabajos) en un costado de la plaza frente “La Chanchita Galáctica”, una combi blanca despojada de todos sus accesorios, en período de restauración y recién salida del taller de chapa y pintura.
Ella paraguaya, dedicada al macramé y los atrapa sueños, el guaraní y las plantas medicinales. Él tatuador, en su paño las piedras y los engarces, una lámpara hecha con una raíz que seguramente encontró en alguna caminata.
La charla derivó en una foto con la minutera y después en una cena con amigos. Fideos amasados, un menú con carne en el horno de la Chanchita, otro día con más amigos en la plaza y mi primer parche. Vendí una foto e hice un retrato.
Una excursión por Los Altos, un paseo por el bosque, recoger frutas, semillas, ramitas, hojas, plumas, etc. que se convertirán en adornos, cremas y dulces. Otro día visitamos las cuevas e hicimos cianotipos. Varios días de compartir la vida de estos nuevos amigos que viajan en combi y como dicen “diariamente practicamos el desapego por lo material”
Esta familia de viajeros se completa con Pulga Marina y María Morena, dos perritas que los acompañan.
Mi libreta se llenó de términos y significados en guaraní, el viaje de nombres y afectos. En mi bolsillo conservo un ojo de buey, una semilla que según Luis trae suerte y Vívi dice que alivia las tensiones. Además de hojas, piedras muchas imágenes.
Un amigo me contó que recordar viene del latín y significa volver a pasar por el corazón, hoy mí corazón está lleno de cariño por estos viajeros. Samber se convirtió en uno de los lugares más lindos que conocí en Paraguay.
Nde rekove ome'ê nde've reikotê vêva ( tu vida te dá lo que necesitas)